El cabello y su importancia para las mujeres
En la entrega anterior, abordamos la importancia del cabello para los hombres. En esta ocasión toca el turno a las chicas, para quienes el cabello es también un fuerte símbolo de su identidad, mismo que las define de acuerdo con características como corte, color, textura y forma.
El cabello es tan importante para una mujer que puede afectar de forma cotidiana su estado de ánimo, ya sea porque es escaso o se cae, está rebelde, demasiado fino, muy rizado, muy liso, esponjado, seco, o simplemente porque no se acomoda a los deseos de la dueña. De hecho, cualquier situación anómala relacionada con la salud capilar puede afectar seriamente la autoestima de cualquier mujer, así como su bienestar mental, como ya hemos comentado.
Este profundo vínculo que tienen las mujeres con su cabello y la relación de éste con la autoestima ha servido a lo largo de la historia para impulsar movimientos de corte social y político para respaldar iniciativas liberales y fortalecer la identidad feminista.
En las décadas 1920 y 1930, surgieron los cortes de cabello bob y bob ondulado, que rompían con los cánones tradicionales sobre todo porque significaba que las mujeres podían portar el pelo mucho más corto de lo que era la convención social. Para muchos, fue un escándalo, pero para muchos más representó un movimiento liberador en medio de la discusión pública que se gestaba por la exigencia de los derechos políticos de las mujeres de la época.
El cabello ha sido históricamente un símbolo de feminidad. Y, justamente, despojar a las mujeres de un órgano tan preciado por ellas como el cabello ha sido usado en la historia moderna como arma de deshumanización y de humillación pública. Así lo usaron los nazis en sus campos de concentración, donde todos los prisioneros, hombres y mujeres, eran rapados como táctica de deshumanización. El rapado fue usado también como método de humillación de las mujeres en el caso de las casi 20,000 acusadas de colaboracionistas con los nazis tras la liberación de Francia o en el caso de las republicanas opositoras al régimen franquista durante la Guerra Civil española.
Por el contrario, más recientemente, la defensa del pelo y del bello corporal, y de cómo portarlos, se ha incorporado al debate enmarcado en la política de género, que busca definir el rol de mujeres y hombres en las sociedades modernas, así como su interrelación. En este contexto, mujeres están ejerciendo su empoderamiento para mostrar su rechazo a los patrones femeninos tradicionales a través de estilos que incluyen peinados de cabello muy corto, rapado total, cejas sin delinear, axilas y piernas sin depilar, e incluso, el crecimiento de bigote y barba.